Una manta espacial adaptativa de última generación que ofrece a los usuarios la capacidad de controlar su temperatura ha sido desarrollada por ingenieros de la Universidad de California en Irvine (UCI), inspirados en el diseño de la piel de los calamares.
El equipo de ingenieros ha logrado crear así, en sus propias palabras, "una versión con propiedades modificables para que se pueda regular la cantidad de calor atrapado o liberado".
Piel del calamar
Este nuevo material tiene muchas aplicaciones, como insertos reflectantes en edificios para proporcionar una capa de aislamiento que se adapte a diferentes condiciones ambientales. Para concebirse, los ingenieros se inspiraron en varias especies de calamares, pulpos y sepias que utilizan su piel adaptativa y dinámica para prosperar en ambientes acuáticos.
La capacidad única de un cefalópodo para camuflarse cambiando rápidamente de color se debe, en parte, a las células de la piel llamadas cromatóforos que pueden cambiar instantáneamente de puntos diminutos a discos aplanados. Tal y como lo explica la autora principal del estudio, Erica Leung, estudiante graduada de la UCI en ingeniería química y biomolecula:
Usamos un concepto similar en nuestro trabajo, donde tenemos una capa de estas diminutas 'islas' de metal que se unen entre sí. En el estado relajado, las islas se agrupan y el material refleja y atrapa el calor, como una manta tradicional Mylar. Cuando el material se estira, las islas se separan, permitiendo que la radiación infrarroja pase y el calor se escape.