Para contar esta historia debemos remontarnos al invierno de 1928, cuando el presidente de la firma Dr. Miles Laboratorios, Hub Beardsley, visitó las oficinas de un periódico local de Elkhart, Indiana.
Aquel año había una especial incidencia de gripe en la población, y muchos de los empleados de Beardsley estaban enfermos. Al enterarse de que los trabajadores del periódico no habían dejado de venir a trabajar a causa de la gripe, Beardsley se sintió tremendamente interesado en el método que empleaban allí para conseguirlo.
El director del periódico le explicó que, al primer síntoma de resfriado, distribuía entre su personal una combinación de aspirina y bicarbonato.
Beardsley quedó impresionado. Si bien ambos medicamentos eran antiguos, nunca había conocido a nadie que los mezclara entre sí.
Puesto que sus laboratorios se habían especializado en remedios de tipo casero, resolvió poner a prueba la fórmula y pidió a su químico, Maurice Trenner, que ideara una nueva tableta de aspecto atractivo.
Para darle el empuje publicitario adecuado, dijeron que habían creado la píldora que hacía “plop, plop, fizz”. La publicidad radiada fue intensa en 1931, pero las ventas de Alka-Seltzer alcanzaron un nivel asombroso en 1933, cuando los americanos, sedientos, quisieron compensar las prohibiciones hasta entonces impuestas por la Ley Seca.
Fue vendido como un remedio para dolor de cabeza, indigestión, gas, calambres del estómago, y ardor de estómago. Alka-Seltzer es una combinación de aspirina (ácido acetilsalicílico, C9H8O4), bicarbonato de sodio (NaHCO3) y ácido cítrico (C6H8O7), diseñado tratar dolor y neutralizar simultáneamente el ácido estomacal (el “Alka” que es derivado de la palabra”álcali“).
Uno de los ingredientes originales de Alka-Seltzer, la aspirina, causaba fuertes irritaciones estomacales en muchas personas, por ello Miles Laboratorios presentó una tableta sin aspirina, denominada Alka-2, a mediados de 1970.
Vía | Las cosas nuestras de cada día de Charles Panati
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