Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis sugieren que pueden medir los niveles de la proteína beta amiloide de Alzheimer en la sangre y usar dichos niveles para predecir si la proteína se ha acumulado en el cerebro.
Esta proteína es importante, porque empieza a acumularse hasta veinte años antes de que las personas desarrollen Alzheimer. Ahora medir estos niveles es muy fácil gracias a un análisis de sangre.
Beta amiloide
Cuando los niveles de amiloide en sangre se combinan con otros dos factores de riesgo principales de Alzheimer (la edad y la presencia de la variante genética APOE4) las personas con cambios cerebrales tempranos de Alzheimer pueden identificarse con una precisión del 94%, según el estudio publicado por estos investigadores en la revista Neurology.
Sorprendentemente, la prueba puede ser aún más sensible que un escáner cerebral PET para detectar el comienzo de la deposición de amiloide en el cerebro. Este hito representa otro paso hacia un análisis de sangre para identificar a las personas en vías de desarrollar Alzheimer antes de que aparezcan los síntomas.
El test utiliza una técnica llamada espectrometría de masas para medir con precisión las cantidades de dos formas de beta amiloide en la sangre: beta 42 amiloide y beta 40 amiloide. La relación de las dos formas disminuye a medida que aumenta la cantidad de depósitos beta amiloides en el cerebro.
En el estudio actual participaron 158 adultos mayores de 50 años. Todos menos 10 de los participantes en el nuevo estudio eran cognitivamente normales, y cada uno proporcionó al menos una muestra de sangre y se sometió a un escáner cerebral PET. Los investigadores clasificaron cada muestra de sangre y exploración el PET como amiloide positivo o negativo, y encontraron que el análisis de sangre de cada participante estuvo de acuerdo con su exploración PET el 88 por ciento del tiempo, lo cual es prometedor pero no lo suficientemente preciso para una prueba de diagnóstico clínico.
En un esfuerzo por mejorar la precisión de la prueba, los investigadores incorporaron varios factores de riesgo importantes para el Alzheimer. La edad es el mayor factor de riesgo conocido; después de los 65 años, la probabilidad de desarrollar la enfermedad se duplica cada cinco años. Una variante genética llamada APOE4 aumenta el riesgo de desarrollar Alzheimer de tres a cinco veces. Y el género también juega un papel: dos de cada tres pacientes con Alzheimer son mujeres. Cuando los investigadores incluyeron estos factores de riesgo en el análisis, descubrieron que la edad y el estado APOE4 elevaron la precisión del análisis de sangre al 94%. El sexo no afectó significativamente el análisis.
Este análisis podría estar disponible en los consultorios médicos dentro de unos años, pero sus beneficios serán mucho mayores una vez que haya tratamientos para detener el proceso de la enfermedad y prevenir la demencia. Eso significa que podemos inscribir a los sujetos de manera más eficiente en los ensayos clínicos, lo que nos ayudará a encontrar tratamientos más rápido y podría tener un enorme impacto en el costo de la enfermedad, así como en el sufrimiento humano que la acompaña.