Si bien el abuso de cannabis puede causar psicosis, su uso clínico en el ámbito de la terapia contra el dolor se ha revelado como efectiva.
Sin embargo, un nuevo estudio cuestiona esta creencia. Concretamente, el estudio, de cuatro años de duración, sugiere que el cannabis medicinal no es tan eficaz para aliviar el dolor crónico no relacionado con el cáncer, como se suele suponer.
Dolor crónico
El estudio, financiado por el Consejo Nacional de Salud e Investigación Médica y dirigido por el Centro Nacional de Investigación sobre Drogas y Alcohol (NDARC) en UNSW Sydney, descubrió que los participantes que estaban usando cannabis informaron en una serie de evaluaciones que estaban experimentando mayor dolor y ansiedad.
No hubo pruebas claras de que el cannabis permitiera reducir la intensidad del dolor o la interferencia del dolor o inducir a los participantes a reducir el uso o la dosis de opioides.
El uso de cannabis con fines medicinales ha ido en aumento en todo el mundo, y el dolor crónico no relacionado con el cáncer es la razón más común que se cita para su uso medicinal.
Se ha especulado que el uso de cannabis para el dolor también puede permitir que las personas reduzcan el uso de opioides recetados.
Hasta la fecha, sin embargo, la evidencia a largo plazo ha sido limitada: los ensayos de control aleatorizado de cannabis para el dolor generalmente tienen una duración breve de generalmente tres meses y tienden a excluir a los pacientes con problemas complejos de salud física y mental.
Los resultados, publicados en Lancet Public Health, sugieren que es necesario tener precaución porque no se encontró un papel claro del cannabis en el tratamiento del dolor crónico no relacionado con el cáncer. Según Gabrielle Campbell, autora principal:
El dolor crónico no relacionado con el cáncer es un problema complejo. Para la mayoría de las personas, es poco probable que haya un solo tratamiento efectivo.
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