Según algunas informaciones, comerse la placenta es muy beneficioso para la mujer que acaba de dar a luz, ya que ésta es muy rica de estrógenos y progesterona, además reduce las posibilidades de sufrir una hemorragia posparto, pues el estrógeno sensibiliza al músculo uterino para que se contraiga bajo los efectos de la oxitocina. Al contraerse, se evita la pérdida de sangre en la superficie cruenta que dejó la placenta al desprenderse, además, también es rica en vitamina K un poderoso antihemorrágico.
Pero vayamos por partes, la placenta es un órgano intermedio entre el futuro bebé y su madre, es una protección fundamental para el bebé. En ella, se acumulan a lo largo de todo el embarazo gran cantidad de vitaminas y minerales, además contiene una importante hormona llamada lactógeno placentario que estimula la producción de leche materna. Precisamente el alto contenido de lactógeno placentario, propicia que nos realicemos esta pregunta, ¿cuál es la finalidad de este alto contenido de la hormona en cuestión?
Actualmente se utiliza la placenta para fines cosméticos, aunque si nos fijamos en el resto de los mamíferos, todos ellos se la comen después del parto, es un comportamiento que está contemplado en su código genético. Entonces, ¿tienen las mujeres ese gen que contempla la placentofagia?, parece ser que sí, se trata de un gen que se localiza en el cromosoma 7q32.
Todos los animales se comen su placenta tras el parto, la placenta es una fuente de sustancias nutritivas como hemos dicho antes, su ingesta beneficia una mejor lactancia y una mayor rapidez en la cicatrización de las heridas producidas por el parto. Todos los nutrientes que contiene la placenta son igualmente beneficiosos para la madre como para el bebé y las hormonas que contiene sirven para compensar el déficit hormonal de la madre tras el parto.
Según algunos estudios antropológicos, las mujeres realizaban la placentofagia de un modo natural al igual que dan de mamar a sus hijos, pero la evolución de la cultura ha propiciado que esta práctica sea un tabú, aunque actualmente hay personas que realizan la placentofagia respetando los mecanismos de la naturaleza.
Poca información existe sobre esta práctica, hemos leído también que las mujeres esquimales la realizan con toda normalidad aunque creemos que tal y como está montada nuestra sociedad, un poco de asco si que daría. Puede que sea beneficioso comerse la placenta pero de momento, no hemos encontrado ningún estudio científico de rigor que lo reafirme, con lo cual estamos a la expectativa de nos den más información.
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