El diablo o demonio de Tasmania (Sarcophilus harrisii) es una especie de marsupial que habita la isla de Tasmania, y cuya leche podría ser una arma definitiva en nuestro combate contra las superbacterias.
Según un estudio de un equipo de investigadores de la Universidad de Sydney, publicado en Nature, esta leche alberga unos péptidos (moléculas formadas por la unión de varios aminoácidos) antimicrobianos que pueden neutralizar algunas de las infecciones bacterianas y fúngicas más letales.
Replicando su mala leche
Estas capacidades han sido replicadas en laboratorio tras escanear su genoma, lo que ha permitido obtener de forma artificial estos péptidos antimicrobianos.
Esta leche incluso es capaz de acabar con el Staphylococcus aureus, que es resistente a la meticilina. Staphylococcus aureus es una bacteria potencialmente motal que el 30 por ciento de las personas lleva en su nariz o en la piel. Normalmente es inofensiva, pero si entra en el torrente sanguíneo a través de una herida, puede ser mortal.
El otro patógeno humano problemático con el que fue probada esta solución fue el Enterococcus, que es resistente al antibiótico vancomicina.
Los péptidos lácteos del diablo de Tasmania provienen de una familia de antibióticos llamados catelicidinas, que actúan como antibióticos naturales.
Todos los animales tienen, pero los demonios tienen seis variedades, mientras que los humanos tienen sólo uno. No en vano, recientemente también se usó leche materna humana para reducir significativamente la resistencia a los antibióticos desarrollada por algunos patógenos causantes de neumonías graves y otras infecciones difíciles de tratar.
Los marsupiales también llevan un número diversos de péptidos antimicrobianos que ayudan a bebés canguros marsupiales luchar contra cualquier ataque bacteriano o fúngico experimentado mientras se están desarrollando en la bolsa, que no es precisamente un ambiente estéril. Un estudio de 2015 encontró que había una amplia gama de bacterias que viven en el microbioma de la bolsa del demonio de Tasmania.
Y Australia tiene un montón de marsupiales que han evolucionado para proteger a sus bebés de diferentes patógenos en diferentes ambientes, de modo que tiene que haber un extraordinario tesoro de péptidos que todavía debemos descubrir.
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