Hace unos años, los investigadores de los laboratorios Pfizer en Sandwich (Kent, Reino Unido) estaban buscando un fármaco para tratar la angina de pecho. Descubrieron una molécula llamada citrato de sildenafilo. En 1991 lo sometieron a pruebas, a ensayos clínicos para ver si tenía efectos secundarios. Y los tenía. Resulta que en algunos hombres provocó dolores de cabeza, indigestión... y ¡erecciones! Y algunos de aquellos hombres no las habían tenido en años.
Al ver este efecto secundario inesperado, las siguientes pruebas ya no fueron para ver si había efecto sobre la angina de pecho, sino para ver si realmente funcionaba bien con las erecciones. Se hicieron varios grupos: uno de control y otros en los que daban dosis mayores. En particular, a los que dieron dosis de 100 mg tuvieron erecciones el 90% de los individuos. El restante 10% dejó el tratamiento por otros efectos secundarios. Resulta que el grupo de control también tuvo un incremento de erecciones en un 30%. El efecto placebo es realmente poderoso.
Se dieron cuenta del éxito que habían tenido cuando los hombres tratados querían seguir con las pruebas y se negaron a devolver las cápsulas que no habían utilizado. En EEUU se hicieron ensayos con varios miles de hombres y en dichos ensayos murieron dos personas. Es difícil establecer causa-efecto en esas muertes, ya que uno tenía 66 años y era fumador empedernido y el otro tenía 53, aunque aparentaba buena salud.
En EEUU se lanzó en 1998 y para verano de aquel año la habían consumido centenares de miles de estadounidenses, muriendo 69 de ellos. De estos últimos, 46 padecían enfermedades cardíacas, que podían haber empeorado por mantener relaciones sexuales.
La píldora de Viagra debe ingerirse una hora antes de la actividad sexual, pero puede ser arriesgado tomarlo junto a los nitritos volátiles. La combinación de esos dos fármacos puede originar tal dilatación de las arterias que el colapso cardiovascular es una amenaza real. Quien lo haga que consulte al médico.
Pues bien, el citrato de sildenafilo tuvo un efecto secundario inesperado. El rinoceronte africano estaba en peligro de extinción porque su cuerno era un componente muy importante de la medicina china. Creían que era muy eficaz en la cura de la impotencia. Actualmente, los chinos toman Viagra. Es más, el gobierno chino prohibió la importación y el uso de cuerno de rinoceronte en 1993. Lo mismo sucedía con las focas de Groenlandia: mataban a los machos porque se pensaba que su pene también curaba la impotencia. Gracias al Viagra también se redujeron esas matanzas.
Y es que, realmente, no había un incremento de erecciones gracias al cuerno de rinoceronte o al pene de foca. Bueno, esto es falso porque, en realidad, había un incremento del 30% por el efecto placebo.
Fuente | John Emsley, Vanidad, vitalidad, virilidad.
Foto | pixabay
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