El borrador del plan estratégico del Departamento de Salud y Servicios Humanos 2018-2022 de Estados Unidos sugiere que la vida comienza en la concepción.
El plan estratégico de HHS se elabora cada cuatro años, con la intención de aclarar el enfoque de la administración.
El inicio de la vida: una línea difusa
HHS cumple su misión a través de programas e iniciativas que cubren un amplio espectro de actividades, sirviendo y protegiendo a los estadounidenses en todas las etapas de la vida, desde la concepción.
Esto es lo que podemos leer textualmente en el borrador. Lo que sugiere es que un óvulo fecundado tiene los mismos derechos que una persona ya nacida. La HSS tiene mil millones de presupuesto, y determina cómo se estudia medicina, cómo se aprueban los medicamentos y los dispositivos médicos, cómo se brinda atención médica, etc.
Si un óvulo fecundado se define como el comienzo de la vida en el borrador final del plan HHS, esto podría tener consecuencias muy importantes para la práctica médica. Algunos ejemplos: ¿Podría la FDA hacer más difícil obtener un nuevo método anticonceptivo aprobado? ¿Se pueden presionar los planes de salud para eliminar la cobertura de los DIU o la terapia de infertilidad? ¿Se podrían eliminar las subvenciones para practicar el aborto? ¿Podrían considerarse los tratamientos de infertilidad como si fueran una forma de aborto?
¿Cómo podría afectar todo ello a los planes de control de natalidad? El borrador del plan estratégico del HHS está actualmente abierto para comentarios públicos, pero si todo se acaba enfocando tal y como ahora se encuentra, entonces podríamos estar ante un retroceso en este campo inédito en ningún país del primer mundo.
Sobre todo porque en el asunto del inicio de la vida y del sujeto con derechos y deberes no es unánime (y tiene una parte sustancial de ideología). Las líneas fronterizas de esos conceptos son difusas, cambiantes según la sociedad (cada país tiene fronteras diferentes; cada época, también). Y sobre eso trata el tema del aborto, de fronteras. De fronteras biológicas, antropológicas y sociológicas. Pero también de fronteras sobre nuestros conocimientos y nuestra manera de percibir el mundo.
Eliminar la posibilidad de que una sociedad, en su conjunto, pueda opinar de forma diferente (y actuar en consecuencia) en función de dónde quiere establecer su frontera, sin obstaculizar las decisiones personales de los demás, resulta de todo punto una mala decisión.
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