Respira, parpadea, tiene pulso, ritmo cardíaco, sangra y hasta orina, pero no es un ser vivo, sino un simulador de paciente humano único en Sudamérica.
Se trata de un muñeco del tamaño de un humano, construido en Estados Unidos, en el que se puede simular cualquier situación adversa en un quirófano.
El simulador tiene pupilas que se agrandan o achican con la luz, igual que los seres humanos, puede intercambiar sus genitales, también puede recibir inyecciones con el mismo efecto que percibiría cualquier persona y todo en tiempo real.
Con un coste superior a los 500 mil dólares, la Asociación de Analgesia, Anestesia y Reanimación de Buenos Aires adquirió el simulador para que estudiantes y profesionales puedan ver de forma realista las respuestas humanas a las intervenciones terapéuticas.
El simulador se compone por el muñeco, un software, un grupo de accesorios y unas máquinas montadas en una sala de comandos desde la que se puede ordenar cualquier patología en el supuesto paciente, desde una arritmia hasta alguna extraña a la que haya que responder al instante.
Entre los accesorios que acompañan al muñeco figuran unas ´pieles´ con heridas o quemaduras para prácticas con este tipo de casos, además de una bomba que permite generar distintos flujos, similares a la sangre, orina y mucosa.
Actualmente, más de 400 alumnos realizan sus prácticas con el simulador a raíz de un convenio de la asociación con la Universidad de Buenos Aires (UBA), la mayor del país.
Vía | EFE
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