Según un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, se han logrado convertir células inmunes humanas en la sangre directamente en neuronas funcionales en el laboratorio (es decir, sin necesidad que se conviertan en pluripotentes) en aproximadamente tres semanas.
Si bien no son neuronas perfectas (carecen de la capacidad de formar sinapsis maduras, o conexiones, entre sí), pueden brindar un importante servicio a la hora de conocer mejor enfermedades como el alzhéimer y el autismo y posibilitar nuevos tratamientos.
Transformación directa
A través de muestras de sangre fresca o previamente congeladas y almacenadas, la transformación se produce en un solo paso a través de un proceso más directo llamado transdiferenciación a partir de los linfocitos T, un tipo de glóbulo blanco encargado de proporcionar defensas al sistema inmunitario, generando hasta 50.000 neuronas con 1 mililitro de sangre.
Además, son neuronas que, si bien no son perfectas, son funcionales, así que sirven para estudiar problemas neurológicos diversos. Tal y como lo explica Marius Wernig, líder del estudio:
La sangre es una de las muestras biológicas más fáciles de obtener. Casi todos los pacientes que ingresan a un hospital dejan una muestra de sangre y, a menudo, estas muestras se congelan y almacenan para su posterior estudio. Esta técnica es un gran avance que abre la posibilidad de aprender sobre procesos complejos de enfermedades mediante el estudio de un gran número de pacientes (...) Ahora tenemos una forma de estudiar directamente la función neuronal de, en principio, cientos de personas con esquizofrenia y autismo. Durante décadas hemos tenido muy pocas pistas sobre los orígenes de estos trastornos o cómo tratarlos. Ahora podemos comenzar a responder a muchas preguntas.
Imagen | marcelometal
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