Para reforzar la sensibilidad contra la contaminación de plásticos, un estudio dirigido por la Universidad de Plymouth examinó la medida en que los elementos del juego de construcción LEGO se desgastaban en el medio marino.
El estudio, publicado en la revista Environmental Pollution, se centró en las piezas de LEGO encontrados en las costas del suroeste de Inglaterra. Los investigadores estimaron que estos artículos podrían durar entre 100 y 1.300 años.
LEGO
Miles de piezas y otros desechos plásticos durante las limpiezas regulares de la playa fueron recuperadas durante la última década por parte de organizaciones voluntarias de Cornwall (Inglaterra), incluyendo Rame Peninsula Beach Care y el Proyecto LEGO Lost at Sea.
Para este estudio en particular, se lavaron 50 piezas de LEGO desgastado, construido con acrilonitrilo butadieno estireno (ABS). Las características químicas de cada bloque se determinaron luego usando un espectrómetro de fluorescencia de rayos X (XRF).
Según Andrew Turner, líder del estudio:
Las piezas que probamos se suavizaron y decoloraron, y algunas de las estructuras se fracturaron y fragmentaron, lo que sugiere que además de las piezas que permanecen intactas, también podrían descomponerse en microplásticos. Una vez más, se enfatiza la importancia de que las personas eliminen los artículos usados adecuadamente y asegurarse de que no planteen problemas potenciales para el medio ambiente.
El 28 de enero de 1958, el grupo LEGO patentó los ahora célebres bloques tachonados con tubos dentro. Todos los años se venden unos 45.000 millones de piezas de media: puestas una al lado de la otra, darían la vuelta al mundo 18 veces.
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