La mitad del pescado que comemos proviene de piscifactorías, la acuicultura es una actividad en expansión con un crecimiento anual del ocho por ciento. El año pasado las toneladas de pescado proveniente de este tipo de explotaciones superaron a las de vacuno.
El objetivo es conseguir criar un pescado de calidad con un precio asequible y que la actividad productiva se desarrolle con la menor afección posible al medio ambiente. La demanda de pescado va en aumento y los recursos marinos cada vez son más escasos, con lo que es necesario conseguir una producción sostenible de pescado.
No todo son ventajas, la acuicultura también consume recursos, como aceites y harina de pescado, lo que no es bien visto en muchos sectores y genera una serie de desechos. Muchos de los nutrientes no son consumidos por los peces y tienen que ser eliminados.
Técnicos de la Universidad de Wageningen en Holanda están estudiando el metabolismo de los peces a fondo. Las investigaciones no solo se centran en cómo alimentar a los peces si no en cómo hacerlo sin afectar al medio ambiente, cuidando a la vez el entorno y los peces, así como estudiar cómo asimilan diferentes tipos de nutrientes.
El objetivo final, conseguir que en el futuro el pescado sea más sabroso, más ecológico y más económico.
Vía | Euronews
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