La Gran Barrera de Coral está situada en el Mar del Coral, frente a la costa de Queensland al noreste de Australia, puede contemplarse desde el espacio porque tiene unos 2600 kilómetros de longitud. Se considera el ser animal vivo más grande del mundo. Sin embargo, en realidad consiste en muchas colonias de corales.
Y en ella se podría disputar una terrible guerra entre caracoles marinos gigantes y estrellas de mar.
Guerra marina para salvar el coral
La biodiversidad aquí es tan extraordinaria que podremos hallar hasta 1800 distintas especies de peces, 125 de tiburones y más de 5000 especies de moluscos.
La batalla podría tener lugar entre dos depredadores bien podría determinar la salud ambiental de una de las maravillas naturales más grandes del mundo.
En un lado del ring, un caracol gigante que fue cazado casi hasta la extinción hace cincuenta años debido a su hermoso caparazón. En el otro lado del ring, la estrella de mar, un depredador venenoso cuyo apetito voraz por el coral vivo ha arrasado vastas franjas de las formaciones de coral.
En términos de destrucción, eso clasifica a las estrellas de mar solo por detrás de los ciclones tropicales.
Para ayudar a preservar la Gran Barrera de Coral, los científicos marinos confían en que el caracol marino tritón gigante (Charonia tritonis), que alcanza hasta medio metro de longitud, podría hacer frente a las estrellas de mar.
Hasta ahora, sin embargo, este caracol no ha hecho gran cosa debido a dos motivos. El primero: propio número es bajo. El segundo: su apetito es tan pequeño que solo consume una estrella de mar a la semana).
Ahora los científicos de la agencia de investigaciones marinas tropicales del gobierno australiano, el Instituto Australiano de Ciencias Marinas, con sede en Townsville, Queensland, están trabajando en un programa de investigación y crianza que podría permitir la liberación de más caracoles marinos en áreas vulnerables del arrecife.
El nuevo proyecto en el instituto se basa en su trabajo anterior, que encontró que las estrellas de mar corona de espinas evitan activamente las áreas donde se encuentran los caracoles tritones. La investigación ha evidenciado que, al exponer la estrella de mar al olor del caracol marino, se produjo una "respuesta de alarma consistente", y la estrella de mar huyó de la amenaza percibida. Además de ello, los químicos del caracol de mar podrían sintetizarse para crear "cebos" que induzcan a la alarma.
El proyecto de cría de caracol marino, dirigido por la ecologista química marina Cherie Motti en la estación de investigación AIMS en Townsville, comenzó a mediados de junio de este año y continuará hasta junio de 2019. Estaremos atentos a la batalla.
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