El lunes aterrizó en el aeropuerto de Cuatro Vientos, Madrid, el avión RV8 experimental de Miguel Ángel Gordillo, tras dos meses viajando de viaje por el mundo para un único propósito: medir los niveles de hollín atmosféricos, cuyos datos pretenden servir para mejorar el impacto medioambiental, tal y como podéis ver en el vídeo que encabeza esta entrada.
El avión va equipado con un mini-aethalómetro (A33-avio), capaz de medir en vuelo la concentración de hollín. Este dispositivo permite distinguir las fuentes del hollín, discriminando si se originó en la quema de combustibles fósiles o de biomasa. Los resultados obtenidos se estudiarán en las próximas semanas en la Universidad de Granada.
El hollín, producido en procesos de combustión incompleta, absorbe intensamente la radiación solar y produce un efecto de calentamiento atmosférico. el segundo componente atmosférico más importante en el calentamiento global, con una contribución que puede alcanzar entre el 20 y el 40%.
Hay que tener en cuenta que los efectos del hollín son especialmente nocivos en los polos, donde se posan sobre la nieve impidiendo que el hielo refleje la luz del sol.
Vía | Sinc