Los lagos subglaciares antárticos se descubrieron en los años 60, se conocen más de 150 y se cree que existen miles. Se ha descubierto la existencia de ríos que recorren cientos de kilómetros bajo la Antártida gracias a un examen en el que se detectaban los pequeños cambios en la elevación de la capa de hielo de este continente. Se utilizaron los datos recopilados por el satélite ERS-2, los resultados han supuesto una sorpresa para toda la comunidad científica.
Estos pequeños cambios de elevación se obtuvieron gracias a las mediciones altimétricas, al altímetro radar y el interferómetro radar del satélite en cuestión. Tras el análisis de las mediciones se detectó una caída abrupta en la elevación de la superficie de hielo y un incremento asociado a una distancia de unos 290 km. La explicación posible es la trasferencia de agua por debajo del hielo desde un lago a otros.
Al parecer la creencia de que los lagos subglaciares evolucionaron en condiciones aisladas durante millones de años y que el agua se desplazaba por debajo de la capa de hielo a una velocidad muy lenta parece errónea, ya que este descubrimiento cuestiona esta creencia, pues se considera la posibilidad de que existan importantes flujos de agua de mayor temperatura procedente de las entrañas de la Antártida.
El descubrimiento muestra que los lagos existentes bajo la cobertura de hielo se desbordan y crean grandes flujos de agua que recorren largas distancias.