La rápida destrucción del medio ambiente despunta por casi todos los rincones de la isla de Java, pero quizás su postal más recurrente son las aguas del río Citarum, considerado uno de los más contaminados del mundo.
El manto de basura que cubre este río de la región occidental, paraíso de la pesca hace años, es hoy del tal espesor que su función es la de ser un largo vertedero en el que barqueros rebuscan entre los residuos para ganarse unas monedas.
Por su cauce baja una riada de plásticos, basura inorgánica y todo tipo metales diluidos procedentes de las más de seis mil fábricas levantadas cerca de sus orillas, en las que residen cerca de cinco millones de personas.
En algunos tramos de este río de 350 kilómetros de longitud, que fue vital para la agricultura de la región, la superficie es de color violeta y en otros se tiñe de negro o marrón, dependiendo de los residuos predominantes.
El Gobierno indonesio y el Banco Asiático de Desarrollo se comprometieron a gastar 2700 millones de dólares en 2008 con el objetivo de evitar la muerte del río, aunque hasta el pasado año no se hizo nada al respecto.
Las organizaciones ecologistas y comunidades locales ponen entre dicho la palabra del Gobierno y denuncian que el plan de las autoridades se limita a retirar la basura y adecentar las orillas sin solucionar las causas de la contaminación.
Vía | EFE
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