El desierto de Atacama, en Chile, es el más seco del mundo. Técnicamente, un desierto es un lugar donde las precipitaciones anuales son inferiores a 254 milímetros, y en el Sáhara solo llueve una media de 25; pues en Atacama solo llueve 0,1 milímetros de media: 250 veces más árido que el Sáhara. Pero, cada cinco o siete años, el árido desierto de Chile se transforma en una alfombra de flores de color malva, tal y como podéis ver en el vídeo que encabeza esta entrada.
La diferencia es que las precipitaciones tan abundantes de este año han propiciado un florecimiento inusualmente abundante, nunca visto antes en 18 años. Tal y como explica Pedro León Lobos, encargado del Banco Base de Semillas del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia): "La ausencia de heladas y las precipitaciones asociadas a la ocurrencia del fenómeno climático de El Niño han generado el desierto florido más intenso desde 1997".
Vía | Sinc
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