Los abonos nitrogenados sintéticos utilizados en la agricultura a gran escala pueden dejar un legado contaminante que persiste durante décadas en el suelo y aguas subterráneas, según han estudiado investigadores de Francia y Canadá.
El exceso de nitrato en el medio ambiente se ha relacionado con el agua contaminada, lo que puede provocar un rápido crecimiento de algas que daña los ecosistemas de agua dulce y salada (costero marino).
El estudio, que aparece en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences, hace un seguimiento de los niveles de nitrato en el suelo desde 1982 hasta 2012.
Para averiguar la cantidad de nitrato procedente de las actividades agrícolas fijados en un área, los investigadores se centraron en estudiar un campo cultivado con trigo y remolacha azucarera en Francia.
Los resultados del estudio explican que del 12 al 15 por ciento de los nitratos permanecen aún en el suelo 28 años después de su aplicación.
Un porcentaje entre el 61 y 65 por ciento es aprovechado por las plantas, mientras que del 8 al 12 por ciento se filtra en el suelo pasando a las aguas subterráneas.
Se supone que la mayor parte de los nitratos de los abonos es utilizado por las plantas para su crecimiento o rápidamente lixiviado de la zona de las raíces
Comentan los autores.
Una investigación anterior en la cuenca del río Mississippi pudo demostrar que los altos niveles de nitratos permanecen en el río a pesar de una reducción notable de los insumos humanos.
Por lo tanto, los esfuerzos para restaurar suelos y cursos de agua deben tener en cuenta los retrasos de aplicaciones anteriores de fertilizantes sintéticos en los sistemas agrícolas.
Vía | PNAS
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