Una nueva estimación de las emisiones globales de metano en vacas es 11 por ciento más alta que las estadísticas anteriores. El estudio ha sido financiado por el programa del Sistema de Monitoreo de Carbono de la NASA, y publicado en la revista Carbon Balance and Management.
Esto es importante, porque las vacas ya estaban en el centro de mira como un importante responsable de las emisiones globales de metano.
Metano
Una vaca genera mucho metano a lo largo de una jornada, sobre todo metano, producido por las bacterias que fermentan la hierba que ingiere para alimentarse. Sin embargo, este gas no sale en forma de flatulencia, sino de eructo: las flatulencias se producen más adelante, en el intestino, y en el intestino de las vacas se produce poco proceso digestivo. En realidad tampoco es un eructo en sentido estricto: el metano lo expulsan con la respiración, sin que nos percatemos de ello.
El 4 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero los producen estos eructos de vaca. La cría de ganado produce el 18 % de todos los gases de efecto invernadero (más que todos los coches y otras formas de transporte del mundo).
Esta estimación actualizada dice que el ganado lanzó cerca de 119,1 millones de toneladas de metano al aire solo en 2011. Las emisiones de dióxido de carbono son mucho mayores en términos de volumen, pero debido a que el metano captura más energía del sol, en realidad es un gas de efecto invernadero más potente.
No hay pautas universales para estas cosas, por lo que los climatólogos tienen que construir modelos. Cuando esos modelos se basan en información obsoleta, están obligados a ser inexactos. Las estimaciones de 2006 se basaron en una tasa de cambio diferente, porque después de 2006 la tasa de producción de metano se disparó. Además, la forma en que criamos a las vacas ha evolucionado. Los bovinos de hoy en día son más grandes, por ejemplo, lo que significa que consumen más alimento y bombean más gas.
Las vacas estadounidenses y canadienses de alguna manera han logrado producir cantidades crecientes de metano, a pesar de su número decreciente. ¿Una posible explicación? Cómo manejamos su deposiciones. El estiércol también emite metano, por lo que en Europa gestionan las heces de las vacas de una manera que minimiza las fugas de gas. Las compañías norteamericanas prefieren centralizar su procesamiento de estiércol para la eficiencia económica, pero en el proceso también están emitiendo más metano en el aire.
Europa ha comenzado a disminuir su producción agrícola de metano, pero el resto del mundo parece estar empeorando. Científicos de muchas disciplinas intentan encontrar formas creativas para evitar que las vacas produzcan tantos gases de efecto invernadero, pero no están exactamente cerca de implementarlo en toda la industria.
Podemos alimentar con ajo a las vacas y modificar sus microbiomas para evitar la formación de metano en el intestino. Pero esos cambios tomarán mucho tiempo para que realmente tengan un efecto significativo. Y mientras tanto, estamos nublando nuestra atmósfera con cantidades masivas de eructos de vaca.