Durante los últimos años vivimos inmersos en un proceso de transformación hacia otras fuentes de energía sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. El objetivo es buscar nuevos métodos que frenen el calentamiento global. Sin embargo, no todas estas energías alternativas proporcionan una solución eficiente ante el cambio climático. Es el caso de utilizar gas natural en vez del actual uso de carbón.
La combustión de carbón libera más dióxido de carbono que otros combustibles fósiles, así como níveles relativamente altos de otros contaminantes como dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno y ceniza. Dado que el gas natural emite bajos niveles de estos contaminantes, algunos expertos en energía han propuesto una mayor dependencia de esta fuente como una forma de frenar el calentamiento global.
Sin embargo, aunque la combustión de gas natural emite mucho menos dióxido de carbono que el carbón, un nuevo estudio publicado en la revista Climatic Change Letters concluye que, erradicar el uso de este combustible a favor de una mayor dependencia del gas natural no implica una reducción de forma significativa en el cambio climático.
A pesar de que el uso de carbón, incrementa el calentamiento global a través de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, éste también libera cantidades relativamente grandes de sulfato y otras partículas que, aunque son perjudiciales para el medio ambiente, ayudan a enfriar el planeta mediante el bloqueo de la luz solar.
Además, este cálculo de si interesa utilizar un método u otro se complica aún más por la incertidumbre existente en la cantidad de metano que se escapa a la atmósfera en las operaciones de gas natural. Hay que recordar que el metano es un gas de efecto invernadero especialmente potente.
Tom Wigley es un investigador del National Center for Atmospheric Research (NCAR), y ha realizado una serie de simulaciones para calcular el efecto que tendría sustituir el uso de carbón por gas natural. Sus resultados indican que, en el caso de evitar las emisiones de metano asociadas al uso del gas, sólo conseguiriamos un enfriamiento global de unas pocas de décimas de grado y en un plazo de unos 50 años como mínimo.
En concreto, Wigley descubrió que una reducción del 50% en el uso de carbón y a favor de gas natural, llevaría a un aumento de 0.1 grados Fahrenheit en la temperatura global durante los próximos 40 años. A partir de entonces, es cuando se notaría una leve dismunición de ésta. Tal y como afirma Wigley:
Utilizar más gas natural ayudaría a reducir las emisiones de dióxido de carbono, pero ayudaría muy poco a resolver el problema del clima. Pasarían muchas décadas antes de poder frenar el calentamiento global. Incluso entonces, sólo estaríamos consiguiendo una pequeña diferencia de temperatura.
Vía | Wigley T. (2011) Coal to Gas: The Influence of Methane Leakage. Springer Links
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