sPlot la primera base de datos de vegetación global, unificando y fusionando los conjuntos de datos existentes: contiene actualmente más de 1,1 millones de listas de vegetación de todos los continentes, recopiladas en las últimas décadas por cientos de investigadores de todo el mundo.
sPlot
Los humanos nos alimentamos de más de 5.000 especies diferentes, y 18.000 de ellas tienen fines medicinales. El 21% de todas ellas, sin embargo, se encuentra en peligro de extinción, debido mayormente al cambio climático, la pérdida de hábitat, las enfermedades y las especies invasoras. Más del 40% de las medicinas que se comercializan actualmente en Estados Unidos, por ejemplo, son sustancias extraídas originalmente de plantas, animales, hongos y microorganismos. La aspirina, si bien se extrajo del ácido salicílico, se descubrió a su vez en una especie de reina de los prados.
El 60% de la ingesta de energía de la humanidad depende de solo cuatro cultivos: arroz, trigo, maíz y patata. Algunos historiadores, incluso, se atreven a clasificar las civilizaciones en función del uso de uno de estos tres granos para alimentarse.
Disponer de una base de datos global de todas las plantas, pues, es una tarea titánica pero importante. La base de datos, que se denomina sPlot y está radicada en el Centro Alemán para la Investigación de Biodiversidad Integrativa (iDiv), se describe en la revista Nature Ecology & Evolution. La base de datos, entre otras cosas, podría ayudar a predecir mejor las consecuencias del cambio climático global.
Esta base de datos también tiene otra cosa especial: no solo indexa las especies de plantas, sino sus características más sutiles en función del lugar donde crecen (tamaño de la planta, el espesor y los componentes químicos de sus hojas, por ejemplo).
Por eso, se estima que hay 390.000 especies de plantas, pero hay más si se tienen en cuenta las llamads rasgos funcionales de la planta, tal y como explica Helge Bruelheide, del Instituto de Biología/Geobotánica en MLU y codirectora de iDiv:
Estos rasgos funcionales influyen directamente en la función del ecosistema de una planta, como la cantidad de biomasa que produce o la cantidad de dióxido de carbono que absorbe del aire.
Hasta ahora no ha habido una base de datos que recopile y armonice todos estos conjuntos de datos diferentes. Así se han podido realizar ya algunos hallazgos importantes, como por ejemplo que as comunidades de plantas no se caracterizan constantemente por hojas más delgadas a medida que aumenta la temperatura o que la temperatura y la precipitación juegan un papel relativamente limitado en los rasgos funcionales de las plantas.
Es, sin embargo, el uso local de la tierra y la interacción de diferentes plantas en un lugar específico las características que tienen impacto mucho mayor en los rasgos funcionales de las comunidades vegetales.