Más de 1000 rinocerontes mueren cada año por sus cuernos. El comercio ilegal ha impulsado principalmente esta deriva por la falsa creencia de que el cuerno de rinoceronte puede curar dolencias, desde cálculos renales hasta cáncer. Para los sindicatos criminales que lo venden, las ganancias son mayores que para el oro o la cocaína
El fotógrafo Brent Stirton lo ha plasmado en la imagen que encabeza esta entrada, y el Museo de Historia Natural de Londres ha otorgado a su trabajo la distinción Wildlife Photographer of the 2017.
Cuerno de rinoceronte
La imagen ha sido tomada en el parque de Hluhluwe-Imfolozi, en Sudáfrica. En su serie de fotografías, Stirton también incluyó a los voluntarios que rescatan a la descendencia de rinocerontes escalfados. Aquí abajo, Dorota Ladosz abraza a Lulah, un rinoceronte negro de un mes cuya madre fue asesinada en el Parque Nacional Kruger. Un grupo de hienas mordió las orejas del bebé y lastimó gravemente sus piernas. Fue llevada al orfanato de rinocerontes Care for Wild Africa para que la rehabilitaran, con la esperanza de devolverla a la naturaleza.
El denominado oro blanco mueven cada año más de 200 millones de dólares en todo el continente africano. Los cuernos de rinoceronte son particularmente apreciados en Extremo Oriente, donde se reducen a polvo y, tras ser ingeridos, no solo mejoran la virilidad, sino que presuntamente combate los dolores de cabeza y las fiebres.
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