Un sistema híbrido de bacterias y nanocables (una suerte de bacterias ciborg o biohíbrido) que capturan la energía de la luz solar y la transfieren a las bacterias para convertir el dióxido de carbono y el agua en moléculas orgánicas y oxígeno ha sido desarrollado por parte de investigadores químicos de la Universidad de California Berkeley y el Lawrence Berkeley National Laboratory.
La eficacia es mayor que la eficiencia fotosintética de la mayoría de las plantas.
Un sistema para la Tierra y Marte
Este sistema podría ser útil tanto para la Tierra (podría eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera) como para Marte (proporcionaría a los colonos materia prima para fabricar compuestos orgánicos que van desde combustibles hasta medicamentos). Según explica el líder del proyecto, Peidong Yang:
Marte, aproximadamente el 96% de la atmósfera es CO2. Básicamente, todo lo que necesita es estos nanocables de semiconductores de silicio para absorber la energía solar y transmitirla a estos insectos para que hagan la química. Para una misión en el espacio profundo, es importante el peso de la carga útil, y los sistemas biológicos tienen la ventaja de que se auto-reproducen: no necesitas enviar mucho. Es por eso que nuestra versión biohíbrida es tan atractiva.
Estamos, pues, ante un hito en el empaquetamiento de estas bacterias (Sporomusa ovata) en un "bosque de nanocables" para lograr una eficiencia récord: el 3,6% de la energía solar entrante se logra convertir. Es comparable a la planta que mejor convierte CO2 en azúcar: la caña de azúcar, que tiene una eficiencia del 4-5%.
Los nanocables son delgados hilos de silicio de aproximadamente una centésima parte del ancho de un cabello humano, utilizados como componentes electrónicos, y también como sensores y células solares, pero en este experimento en particular, los nanocables se usaron solo como cables conductores, no como absorbentes solares. Un panel solar externo proporcionó la energía.
El sistema funciona como la fotosíntesis que las plantas emplean naturalmente para convertir el dióxido de carbono y el agua en compuestos de carbono. La dieferencia es que aquí se produce una molécula de dos carbonos llamada acetato: esencialmente ácido acético o vinagre. Las moléculas de acetato pueden servir como bloques de construcción para una variedad de moléculas orgánicas, desde combustibles y plásticos hasta medicamentos.
Por el momento, los investigadores continúan buscando formas de aumentar la eficiencia del biohíbrido, y también está explorando técnicas para diseñar genéticamente las bacterias para que sean más versátiles