El 30 de mayo de 2018, la compañía eléctrica Net Power, en Estados Unidos, logró operar la primera estación termoeléctrica de gas sin emisiones de carbono en su planta experimental de La Porte, en Texas. El coste del funcionamiento de esta central es similar al de las centrales eléctricas estándar de gas.
La mayoría de las centrales de carbón y gas natural queman combustibles fósiles para convertir agua en vapor, el cual hace girar una turbina que genera electricidad. El exceso de calor y los gases de efecto invernadero se liberan como subproductos del proceso.
Huella de carbono
La primera central termoeléctrica fue construida por Sigmund Schuckert en la ciudad de Ettal en Baviera y entró en funcionamiento en 1879. Las primeras centrales comerciales fueron la Central de Pearl Street en Nueva York y la Edison Electric Light Station, en Londres, que entraron en funcionamiento en 1882.
Probablemente el mundo de la energía seguirá estancado en el gas natural como una de las principales fuentes de electricidad. Obtenerlo resulta fácil y barato; por eso, actualmente representa el 22% de la electricidad mundial. Pero aunque sea menos contaminante que el carbón, sigue siendo una fuente masiva de emisiones de CO2.
Una central termoeléctrica es una instalación empleada en la generación de energía eléctrica a partir de la energía liberada por combustibles fósiles como petróleo, gas natural, carbón, madera y núcleos de uranio. Este calor es empleado por un ciclo termodinámico convencional para mover un alternador y producir energía eléctrica, en el caso de usar combustibles fósiles, liberando dióxido de carbono a la atmósfera. Pero este no es el caso de esta central termoeléctrica.
El sistema funciona impulsando una turbina con un bucle de CO2 caliente a presión. El CO2 se calienta por la combustión de una mezcla de gas natural y oxígeno (extraído de la atmósfera en unas instalaciones independientes), y el CO2 adicional que genera la combustión del gas se vacía con un sifón para mantener el equilibrio del sistema.
Este exceso de CO2 no se lanza a la atmósfera, sino que se almacena y se procesa. A lo largo de todo el proceso se pueden extraer distintas cantidades de de subproductos, listos para venderse y enviarse por gasoductos, muy en particular dióxido de carbono incluido.
Eventualmente, Net Power espera producir electricidad por alrededor de 35 euros por megavatio hora, un coste similar al del ciclo combinado de gas natural sin captura de carbono. Pero, además de eso, la empresa también puede vender varios subproductos al mercado, incluido dióxido de carbono. Si todo esto se suma, podrían rebajar los costes de producción de energía hasta los 17 euros por megavatio-hora (en teoría podrían llegar hasta los 7,5 euros por megavatio-hora).