Investigadores de Caltech y la Academia de Ciencias de China han revisado observaciones satelitales y terrestres de la región y han realizado simulaciones de modelos atmosféricos de última generación.
Lo que concluyen, según un nuevo estudio publicado en la revista Science, se ha producido un deterioro contraintuitivo en la calidad del aire en Pekín y otras ciudades del norte de China durante el cierre de actividad por el COVID-19, a pesar de que hubo una reducción dramática en la emisión de contaminación.
Reducción de NO2
China experimentó reducciones de hasta el 90 por ciento de ciertos tipos de emisiones de gases, como el dióxido de nitrógeno (NO2). No obstante, se produjo simultáneamente una severa contaminación por neblina en el norte de China.
Según explica Yuan Wang, científico investigador de Caltech y autor principal del estudio citado donde se midieron contaminantes como NO2, dióxido de azufre (SO2), ozono y partículas finas:
Las actividades humanas detenidas durante la pandemia de COVID-19 en China nos proporcionaron un experimento único para evaluar la eficiencia de la mitigación de la contaminación del aire.
Una interacción compleja entre las emisiones, los patrones meteorológicos y la química atmosférica fueron las responsables de este contraintuitivo fenómeno.
Todos estos factores deben estar completamente desenredados para comprender la formación de bruma severa. Esto nos muestra que los futuros planes de control de emisiones requerirán no solo reducir las emisiones, sino también tener en cuenta las variaciones meteorológicas.