En 2016, la temperatura de la Tierra superará en 1,25ºC la media de la era preindustrial (15ºC), lo que supone que la temperatura global en la superficie del planeta ha alcanzado el punto más alto en los últimos 115.000 años, según un reciente estudio James Hansen, de la NASA, y otros once expertos para Earth-Systems Dynamics Journal.
Según Hansen, este contexto se parece mucho al de la última época interglaciar, en la que hubo grandes fluctuaciones climáticas, y el nivel del mar era de seis a nueve metros más alto.
Hansen, que ha sido criticado por su tesis un tanto alarmista, también arremete contra los actuales acuerdos para luchar contra el cambio climático:
Hay un error de percepción que nos ha hecho creer que por fin hemos decidido actuar ante el problema del clima. Este error se debe al acuerdo de París en el que los Gobiernos se dieron la palmada en la espalda y se fijaron la meta de 1,5ºC de aumento máximo de la temperatura global. Pero si nos fijamos en la ciencia, los números no cuadran. Nos estamos quedando sin tiempo y el problema lo van a pagar las próximas generaciones. Incluso con la más optimista de las predicciones, con una reducción de las emisiones en un futuro, el coste será de billones de dólares, posiblemente cuando la situación esté ya fuera de control.
¿Demasiado alarmista?
2015, además, ha sido un año donde se han batido todos los récords de temperatura. Además, las temperaturas sin precedentes sobre la superficie terrestre y la del océano en 2015 fueron acompañadas de fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, inundaciones y sequías graves.
Hansen también es célebre porque, en junio de 1988, realizó una de las primeras afirmaciones públicas de que el calentamiento causado por el hombre ya había afectado considerablemente el clima global.
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