La piedra de Rök es una piedra rúnica situada en Suecia, en los terrenos de la iglesia de Rök, en la comuna de Ödeshög. Tiene una altura cercana a los 2,5 metros, y más de 1 metro bajo tierra. Es de granito de grano fino, de color gris claro, con cerca de 280 inscripciones rúnicas en el frente y 450 en la parte posterior.
Un nuevo estudio interdisciplinar sugiere que en esas inscripciones se señalan temores a una catástrofe medioambiental.
Interpretación interdisciplinar
El texto es el más largo de todas las piedras rúnicas clasificadas en Suecia. Investigaciones hechas, indican que fue tallado alrededor del año 800. La primera traducción la hizo el noruego Sophus Bugge en 1878, y su explicación sigue siendo tema de investigación en la actualidad.
Esta nueva interpretación se basa en una colaboración entre investigadores de varias disciplinas y universidades que sugiere que el texto alude al conflicto entre la luz y la oscuridad, el calor y el frío, la vida y la muerte, que se basa en una nueva investigación arqueológica que describe cómo Escandinavia sufrió una catástrofe climática previa con temperaturas promedio más bajas, malas cosechas, hambre y extinciones masivas.
Según la nueva interpretación de los investigadores que ahora se publica, la inscripción consta de nueve acertijos. La respuesta a cinco de estos acertijos es "el Sol".
Según explica Per Holmberg, profesor de sueco en Universidad de Gotemburgo, que dirigió el estudio:
La clave para desbloquear la inscripción fue el enfoque interdisciplinario. Sin estas colaboraciones entre el análisis textual, la arqueología, la historia de las religiones y la runología, habría sido imposible resolver los enigmas de la piedra rúnica de Rök. Antes de que se erigiera la piedra rúnica de Rök, ocurrieron una serie de eventos que debieron parecer extremadamente siniestros: una poderosa tormenta solar coloreó el cielo en dramáticos tonos rojos, los rendimientos de los cultivos sufrieron un verano extremadamente frío, y más tarde ocurrió un eclipse solar justo después amanecer. Incluso uno de estos eventos habría sido suficiente para aumentar el temor a otro Fimbulwinter (un signo del fin del mundo en la mitología nórdica).
A diferencia de lingüistas y arqueólogos que aseguran que las inscripciones grabadas aluden al emperador Teodorico el Grande, rey de los ostrogodos, esta nueva interpretación sostiene que "la inscripción refleja la angustia provocada por la muerte de un hijo y el temor a una nueva crisis climática similar a la catástrofe ocurrida después del año 536 a.C".