La contaminación y sus efectos, más o menos llamativos, se han extendido hasta los océanos. Y no solo en forma de productos químicos o de infinidad de desechos flotantes. El ruido es un problema más sutil pero también en aumento y sus consecuencias sobre el ecosistema marino aun no se conocen completamente.
Es sabido que ballenas y delfines han tenido problemas con sonares militares que emitían sonidos especialmente intensos. Aunque el tema es polémico, las pruebas parecen apuntar a que las ballenas pueden sufrir hemorragias y otros daños debidos a ellos. Pero, ¿Qué sucede con el ruido constante de la actividad humana que sigue aumentado?
En los últimos cuarenta años se ha duplicado la flota mercante mundial y esto tiene su correspondencia en el sonido generado. Intentando acotar el problema se han comparado los niveles de ruido recogidos por la marina norteamericana en los años sesenta con mediciones actuales. Los análisis realizados en el sur de California indican que indican que el nivel sonoro ha aumentado entre 10 y 12 decibelios, lo que implica que se ha multiplicado entre 8 a 16 veces el nivel de ruido de hace 40 años.
Según los investigadores estas conclusiones son extrapolables al resto del Océano Pacifico Tenemos barcos más grandes, rápidos y ruidosos que ocultan y confunden los sonidos generados por ballenas, delfines y otros mamíferos. Aunque aun queda mucho por conocer sobre las posibles consecuencias de esta situación, esperemos que no ocasione daños irreparables.
Vía | Eurekalert