Los humedales de Castilla-La Mancha están siendo abastecidos con aguas residuales depuradas. Esta es la solución que se han visto obligados a adoptar los gestores de los humedales debido a la escasez de agua en el río Guadiana.
Pero las aguas residuales, aunque depuradas, producen un aumento de nutrientes, como nitratos y fosfatos, que provocan la eutrofización y la contaminación química de las aguas que altera las características del medio ambiente de los ecosistemas acuáticos. El resultado son ecosistemas con una biodiversidad reducida y con especies oportunistas ocupando nichos previamente ocupados por otras especies.
La sobreabundancia de algas en los humedales es un signo de la eutrofización que está provocado el aumento de bacterias patógenas con importantes consecuencias en la mortalidad de las aves del humedal.
Por ello, desde el Centro Nacional de Investigaciones Científicas se están planteando si esta práctica puede tener consecuencias negativas para la conservación de los humedales, más que favorecerla, pero es muy difícil dejar de abastecer los humedales con estas aguas porque si los humedales se secan las aves morirían igualmente por falta de alimento.
Una solución al problema sería renovar las instalaciones de depuración de aguas ya que son muy antiguas y no funcionan todo lo bien que deberían, produciendo el vertido de aguas mal tratadas. Pero el alto coste de la inversión hace este plan inviable.
Vía | elmundo
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