Según un nuevo estudio, los vaqueros azules son una fuente importante de contaminación por microfibras en océanos y lagos.
Un par de jeans puede liberar más de 50.000 microfibras por lavado. Lo cual es un problema medioambiental relevante si tenemos en cuenta que aproximadamente la mitad de la población mundial usa esta prenda de ropa.
Ropa contaminante
Yves Saint Laurent querría haber inventado los vaqueros, como confesó en 1983 a The New York Times: «Tienen expresión, modestia, sex appeal y simplicidad, todo lo que deseo en mi ropa». No en vano, los vaqueros azules son la prenda más popular del mundo.
Las microfibras comprendían entre el 87% y el 90% de las partículas antropogénicas que se encuentran en los sedimentos del archipiélago ártico canadiense, los Grandes Lagos Laurentian y los lagos suburbanos poco profundos en el sur de Ontario. Del veintiuno al cincuenta y uno por ciento de todas las microfibras en los sedimentos eran celulosa antropogénicamente modificada (AC), de las cuales 40-57% eran microfibras de mezclilla índigo (12-23% de todas las microfibras analizadas).
Las microfibras del lavado de jeans fueron consistentes en composición química y morfología con las que se encuentran en el medio ambiente.
Así pues, según concluye el estudio, los vaqueros azules son un indicador de la carga generalizada de contaminación antropogénica al aumentar significativamente la acumulación ambiental de microfibras desde las regiones templadas hasta las árticas.
Además, según indica Dana Thomas en su libro Fashionopolis, fabricar un par de vaqueros requiere 70 litros de agua, 1,5 kilo-vatios de energía y 150 gramos de productos químicos. Más de 4.000 millones de prendas de denim salen cada año de las fábricas textiles, la mayoría teñidas de azul con índigo sintético fijado con un potente blanqueador que hace que resulte altamente contaminante.
El índigo es el único pigmento capaz de proporcionar a los pantalones vaqueros su inconfundible coloración azulada. En la actualidad se sintetiza de manera química a escala mundial y se estima que anualmente se producen unas 45.000 toneladas, de las cuales el 95 % se emplean para teñir los vaqueros.
Por ello, se buscan alternativas más ecológicas para la fabricación de este textil, como la planteada por un grupo de la Universidad de Berkley (EE UU) podría haberlo conseguido, según un estudio publicado recientemente en Nature Chemical Biology.
La ropa es la segunda causa de contaminación en el planeta, hasta el punto de que en 2015 la producción textil emitió a la atmósfera 1,2 millones de toneladas de CO2, es decir, más de lo que emitieron todos los barcos y aviones del planeta ese año, según datos de la Agencia Internacional de la Energía.