Sí, la ecología ha llegado también a las intimidades de alcoba. Uno puede pasárselo en grande en la cama, practicar el kamasutra y regodearse en lo sicalíptico todo lo que se estime oportuno. Pero hay que hacerlo respetando en lo posible al medio ambiente. Bienvenidos al sexo verde.
Greenpeace México fue pionera en el sexo verde al publicar hace unos años el decálogo del sexo ecológico, bajo el lema “Ser verde nunca había sido más erótico“.
Entre las propuestas incluía un “apagado de luces” o el apoyo a comunidades productoras de jabones biodegradables con aromas que enciendan la pasión en sustitución del consumo de ostras y mariscos “que están desapareciendo de los océanos”. También advertían del riesgo de usar juguetes sexuales fabricados con Policloruro de Vinilo (PVC), un material, decía, que genera “algunos de los químicos más tóxicos que existen, como las dioxinas”.
Las firmas industriales más reconocidas están apostando por estas medidas, ofreciendo una bala vibradora que se carga con energía solar (importada de Japón y con un precio de 41 euros), lubricantes naturales con la certificación oficial de producto ecológico o vibradores sin pilas.
Vía | EFE
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