Reforestar el fin del mundo es la difícil misión que se impuso un grupo de jóvenes que en los últimos meses plantó 63.000 árboles, con el fin de atenuar el horror que causó un incendio que afectó en diciembre pasado Torres del Paine, en la patagonia chilena.
Es más, su meta final es plantar un millón de árboles en todos los parques existentes entre la región de Aysén y Magallanes por lo que han pedido la ayuda a la ciudadanía, que por cuatro dólares puede comprar un árbol, valor que incluye su conservación.
Vía | EFE
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