Un nuevo estudio sugiere que la integración de nanotubos en materiales usuales podría reducir drásticamente las vibraciones soportadas por los mismos, sobre todo a elevadas temperaturas. La idea es que los materiales nuevos creados gracias a esta integración de nanotubos en el "sustrato" tradicional resisten bien a las vibraciones debido a las características amortiguadoras especiales de las nanopartículas. La amortiguación es un concepto que sugiere la disipación de energía por un material. Esta disipación, o mejor dicho, esa energía puede ser de cualquier tipo, ya sea mecánica, calorífica... y lo interesante de los amortiguadores es que, tal como llega la vibración, en este caso, transformen la energía rápidamente. Así, la energía vibratoria "desaparece".
Los nanotubos están formados por átomos de grafito (grosso modo), y han mostrado desde su desarrollo inicial muy buenas propiedades de resistencia y bajo peso. Las aplicaciones inmediatas de estas técnicas se centran en la industria aeroespacial, en multitud de facetas en las que los cambios de temperatura drásticos en el espacio implican dificultades técnicas, en la industria del automóvil, para la producción de motores con menor índice de vibración. También se ha pensado en el mundo del deporte, por ejemplo para la fabricación de raquetas de tenis que absorban las vibraciones generadas en cada golpe, o palos de golf.
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