Al igual que estamos incapacitados para imaginar cosas demasiado grandes o conjuntos de cosas demasiado numerosas, también tenemos enormes dificultades para imaginar cosas demasiado pequeñas. Un simple microchip, por ejemplo, nos resulta diminuto a simple vista, pero si fuéramos capaces de hacer un zoom hacia sus partes constituyentes más pequeñas, descubriríamos que presenta una complejidad endiablada.
Los chips más modernos que ofrece el mercado general cuentan con un proceso de fabricación de 22 nanómetros, y la única manera de empezar a asimilar un tamaño semejante es, por ejemplo, a través del vídeo que encabeza la entrada, que realiza zooms secuenciales. A partir del milímetro, el vídeo cambia a un microscopio electrónico de barrido.
Vía | NeoTeo
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