Hoy, día 27 de Septiembre, se acaba el mundo. Esta vez, el motivo parece estar relacionado con que el cometa Elenin está alineado con la Tierra y el Sol, por lo que se podría trazar una línea recta entre los tres cuerpos celestes.
Señal suficiente para los apocalípticos y los chismes sin fundamento. Son muchos sitios en la web donde alarman con erupciones masivas, grandes terremotos, tsunamis y un largo etcétera.
Lo mejor de todo es que en realidad la única víctima será el propio Elenin, ya que se está consumiendo por la radiación solar y se irá desintegrando poco a poco. Ya está, esa es la noticia, fin de la preocupación.
A unos 50 millones de kilómetros de distancia, Elenin se acerca a la Tierra a casi 90.000 kilómetros por hora y se espera que su máxima aproximación a nuestro planeta se produzca el 16 de octubre. Pero es hoy, alineado con la Tierra y el Sol, cuando su presencia resultaba más preocupante.
Algunos científicos (entre ellos Mensur Omerbashib) afirman que cuando se producen ciertas alineaciones astronómicas la Tierra sufre seísmos de magnitud superior a 6 por un supuesto fenómeno de magnificación de la resonancia.
Otros creen que este cometa es en verdad Niburu, un planeta desconocido del Sistema Solar que pasa cerca cada miles de años causando grandes desastres y extinciones masivas.
El cometa da para todo tipo de leyendas y teorías a cada cual más espeluznante.
La NASA ya publicó en agosto un comunicado poniendo las cartas sobre la mesa, aclarándolo todo.
El cometa, procedente de la nube de Oort (una remota región del Sistema Solar), solo tiene 3,5 kilómetros de diámetro, demasiado pequeño como para alterar la órbita de un planeta o provocar terremotos.
No lo vamos a tener más cerca de 35 millones de kilómetros de distancia, por lo que no debe de haber razón para alarmarse ya que no hay forma alguna de que perjudique a la Tierra.
En fin, que la vida sigue y con ella todos nosotros, así que no seáis holgazanes y poneos a trabajar.
Vía | ABC
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