A pesar de que el truco de caminar con los pies desnudos sobre un manto de brasas ardientes es más viejo que la tos, sigue maravillando al respetable del ancho mundo.
Aunque el carbón ardiente alcanza una temperatura de superficie próxima a los 500 ºC, la conductividad térmica del carbón es muy baja, lo que evita que se transfiera demasiada temperatura a los pies.
Así que basta con caminar con decisión para no quemarse. Sin embargo, hay un límite: el lecho de brasas no puede tener una extensión mayor de cinco metros.
Los caminantes de fuego que aducen una explicación sobrenatural al hecho, consideran, sin embargo, que uno puede andar toda la distancia que desee por un lecho de brasas. Porque lo que sucede realmente es que el caminante de fuego crea un campo de fuerza “energética” mágica que los protege del daño.
Para probar que nadie es capaz de andar sobre las brasas una distancia larga, por mucha energía mental que posea, Richard Wiseman hizo una demostración para el programa de ciencias de la BBC Tomorrow´s World, creando un lecho de ascuas candentes de 20 metros de extensión:
los supuestos milagreros pusieron a prueba su teoría de lo paranormal, con el resultado de que todos ellos saltaron de las brasas aproximadamente a los ocho metros con quemaduras de segundo grado en sus pies. Posteriormente entrevisté a los caminantes de fuego y descubrí que tenían sus propias explicaciones sobre su fracaso. Uno dijo que las luces brillantes de la televisión le impidieron entrar en el trance profundo necesario para una demostración exitosa. Otra explicó que su ángel guardián la abandonó inesperadamente unos instantes antes de comenzar la caminata. Fue una extraordinaria demostración de cómo la fe en lo imposible puede ser mala para la salud; ni siquiera las quemaduras de segundo grado los motivaron para cuestionarse sus supuestas habilidades paranormales.
Vía | Rarología de Richard Wiseman
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