La biólogoa Christiane Nüsslein-Volhard han concebido una fundación con un objetivo muy específico: liberar a las científicas con niños a su cargo de las tareas domésticas en un punto decisivo de su carrera.
Porque la ciencia es un campo brutalmente competitivo. Cada hora de tiempo disponible es una ventaja, especialmente en los cruciales primeros años de una carrera postdoctoral.
Nobel para todos
Christiane Nüsslein-Volhard conoce bien lo que cuesta obtener el Nobel, porque ella tiene uno: su trabajo sobre el papel de la genética en el desarrollo embrionario le hizo recibir el Premio Nobel de 1995. Y como directora del Instituto Max Planck para Biología del Desarrollo, vio una notable disparidad en la cantidad de tiempo disponible para su doctorado, y tomó nota de cómo estaba perjudicando a las mujeres con niños.
Ahora quiere prestarles ayuda con su fundación. Los destinatarios de un estipendio de Nüsslein-Volhard deben ser mujeres que realicen trabajos de posgrado o postdoctorado en una universidad o institución alemana, o que se hayan doctorado en Alemania y sigan investigando en el extranjero.
Durante un año, las escogidas reciben 400 euros al mes para gastar en cualquier cosa que alivie su carga doméstica: servicios de limpieza, dispositivos que ahorran tiempo como lavavajillas o secadoras eléctricas, niñeras para las noches y fines de semana cuando la guardería está cerrada o no disponible, etc.
También hay una reunión anual de ex alumnos del programa, que muchos destinatarios dicen que es una fuente crucial de trabajo en red y apoyo.
La deficiencia de tiempo identificada por Nüsslein-Volhard entre sus doctorados es persistente y duradera y afecta el éxito de las mujeres en la academia y más allá. Un estudio realizado en 2010 por los científicos Londa Schiebinger y Shannon K. Gilmartin descubrió que las mujeres científicas con parejas en casa gastaban el doble de tiempo en tareas domésticas que los hombres científicos asociados.
Las mujeres científicas de las universidades de investigación de élite realizaban un promedio del 54% de las tareas principales de su hogar, como lavandería, compras de comestibles y cocina, mientras que sus compañeros masculinos recogían solo el 28% de la carga en sus hogares.
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