Vida extraterrestre microscópica, esto es lo que cree el profesor de Geología Peter Ward y así lo refleja en su libro , “Life as We Do Not Know It” (La vida como no la conocemos). Según Ward, la vida extraterrestre en realidad son microbios extraterrestres e incluso formas de vida desconocidas que no tienen como base la química del ADN.
Según Ward, de lo que se trata es de que los científicos busquen estas formas de vida en la tierra. En un extracto del libro de Ward podemos apreciar como nos habla de una vida distinta a la que conocemos:
Life as We Do Not Know It, de Peter Ward, “Antes de los primeros dinosaurios, de los primeros peces, de los primeros gusanos, de las primeras plantas, de los primeros hongos, de las primeras bacterias, existía un mundo de ARN – probablemente en algún lugar hace 4 mil millones de años, poco después del comienzo de la existencia en el planeta Tierra...” (interpretamos existencia como vida).
La evolución de las especies no se hizo notar hasta el siglo XIX, ni tan siquiera el concepto de extinción, como sabemos, la religión ha dominado el mundo y la base de todo era Dios, para alegría nuestra, esto ya ha quedado atrás. La exploración del mundo ha permitido comprender mejor el concepto de evolución y extinción, incluso existe la idea generalizada de que se sabe casi todo acerca de nuestro planeta y que hay pocos secretos que desvelar, ¿esto se podría llamar ignorancia humana?
En el año 2002 se descubrieron unos microorganismos que vivían en la cresta atlántica, en unas estructuras de unos 60 metros semejantes a enormes estalactitas blancas, ya que están compuestas por piedra caliza. Estas estructuras son una especie de chimeneas que descargan una variedad química de fluidos con una temperatura variable entre los 40 y 90 grados centígrados. Estos fluidos están compuestos por metano, hidrógeno y otros hidrocarburos diferentes del metano, siendo de esta forma fuentes ricas de energía de forma que pueden ser utilizadas para la vida.
Los microorganismos de estas chimeneas se alimentan de las reacciones químicas que modifican las rocas, y no sólo por el calor proveniente de la profundidad de la Tierra. Son en sí un mundo perdido que puede hacernos comprender la variedad de vida y sus distintas adaptaciones a los medios.
Pero más descubrimientos han sorprendido a la comunidad científica, por ejemplo los 148 tipos de bacterias que se desconocían y que sólo gracias a una técnica de mapeo de genes, en una pequeña muestra de agua del mar Sargazos, en el océano Atlántico, lograron descubrir. Realmente hay mucho por descubrir, así se demuestra con los continuos descubrimientos de especies nuevas o de microorganismos. Según nuestra opinión, en absoluto vida extraterrestre, que desconozcamos este tipo de vida y el proceso que la comporta no quiere decir que sea extraterrestre. Está ahí pero no la hemos visto. ¿Existe tanta variedad química en la vida en la Tierra como diversidad entre las especies?, esta es una pregunta cuya respuesta seguramente es sí, está muy claro que el saber humano de momento se reduce a una insignificancia, pero se está en el camino para mejorarla.
La presencia potencial de vida ARN que aún vive sobre la Tierra ha intrigado a los biólogos durante algún tiempo. El microbiólogo Joshua Lederberg está buscando vida basada en las proteínas cultivando muestras con fosfato radiactivo, ya que cree que una vida basada en las proteínas puede vivir con este material tóxico.
Algunos científicos buscan una vida que no esté basada en el ADN y difieren de la búsqueda en otros mundos argumentando que está aquí. Muy bien, pero de eso a asegurar que la vida extraterrestre se encuentra en la Tierra, es algo ilógico. Para nada seria extraterrestre el hecho de desconocer una forma de vida diferente. De todas maneras, personalmente no creemos en la existencia de esa forma de vida, ya que difiere mucho de la evolución.
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