Gracias al punto de vista cenital de los drones y que, con unas simples maniobras, pueden llegar a cualquier punto del globo, empezamos a descubrir (a vista de pájaro) algunos secretos de la naturaleza que habían quedado vedados para la mayoría de nosotros. Como el cruel espectáculo de la naturaleza que podéis contemplar en el vídeo que encabeza esta entrada.
En él podemos ver a setenta tiburones devorando los restos de una balleza, es una suerte de danza acuática macabra.
El vídeo está grabado sobre las aguas de la bahía Shark (irónicamente), en la costa oeste de Australia. La víctima es un ejemplar de ballena jorobada de unas 36 toneladas, que murió por causas naturales.
Los responsables de la grabación fueron los tripulantes barco de Eco Abrolhos, que en esos momentos llevaba un grupo de turistas que se quedaron patidifusos ante la escena.
Vía | Microsiervos
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