Cuántas veces hemos podido ver como el rezo se ha utilizado para lograr la recuperación de una persona enferma, se le pide a un "Ser Superior" que interceda por la persona afectada. No sirve de nada, rezar no cura, así lo ha confirmado la fundación estadounidense John Templeton, dedicada al estudio de la espiritualidad, llegándose a gastar hasta 2,5 millones de dólares en el estudio del poder curativo de la oración.
Por mucho que se rece no hay mejoría alguna, son palabras en silencio que no ayudan a contrarrestar la enfermedad del aquejado. La seguridad es la actuación médica, la ciencia, los avances, pero para nada las oraciones. La investigación de esta fundación ha sido publicada en la revista American Heart Journal, sus conclusiones merecen nuestra atención.
Según éstas es incluso perjudicial para el paciente, el efecto psicológico está bien claro, ver que están rezando por tí hace pensar en la gravedad de la enfermedad y como consecuencia aumenta su estrés. El estudio indica que incluso los pacientes que sabían que se estaba rezando por ellos experimentaban más complicaciones.
El papel beneficioso de la espiritualidad ha sido durante años motivo de debate, llegándose a publicar hasta seis trabajos sobre este tema. Según dicen, este último trabajo es el más riguroso de todos ellos, han querido comprobar qué función desempeñan los rezos ajenos ante una enfermedad.
Esta fundación utilizó a 1.800 pacientes de seis hospitales diferentes e hizo tres grupos de enfermos, en uno de los grupos nadie rezaba por ellos, en otro se rezaba por los pacientes y ellos eran conscientes de esto y finalmente, un grupo en el que se rezaba por ellos pero los pacientes no lo sabían.
Quienes rezaron fueron congregaciones católicas y protestantes, los investigadores les dieron total libertad, eso sí, en los rezos debían pedir una exitosa operación y una recuperación rápida sin problemas. Los rezos eran dirigidos a los nombres facilitados por los investigadores junto a la primera inicial del enfermo en cuestión.
Los datos son bastante clarificadores, no se aprecio ningún beneficio atribuible a los rezos, el 59 % de los enfermos que sabían que se rezaba por ellos incluso experimentaron alguna pequeña complicación. Como habíamos dicho antes, si un enfermo sabe que rezan por él, siempre puede temer lo peor y por tanto se origina un mayor estrés y una mayor ansiedad.
De todas maneras no hay unanimidad, aún faltan más estudios que demuestren si es bueno que un determinado paciente sepa que están rezando por él.
Pudiera parecer que esta investigación sólo produce un gasto inútil, pero en realidad un estudio de estas características puede esclarecer un concepto que todavía mueve a millones de personas. Determinar si el rezo es o no beneficioso quizás ayudaría a dejar de perder el tiempo en plegarias inutiles que no conllevan a nada. Claro que este ultimo apuente es nuestra opinión ya que no creemos en las virtudes de los rezos.
Más información | El Mundo Más información | American Heart Journal
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