Sobre las 3:00 horas del sábado, un grupo de trabajadores del Parque Nacional de Khao Yai, en Tailandia, escucharon unos gritos agonizantes de elefante.
Seis elefantes habían muerto tras caer por la catarata de Haew Narok, conocida también como la "cascada del infierno". Afortunadamente, lograron salvar la vida de otros dos.
Prácticas de duelo
Unas tres horas después descubrieron una cría de elefante de unos tres años muerta en el agua cerca de la catarata. Dos elefantes estaban intentando ayudar a la cría pese a estar visiblemente agotados.
Los trabajadores bajaron a la zona y encontraron otros cinco elefantes ahogados. El rescate de estos dos supervivientes culminó a las 14.30 horas del sábado, cuando pudieron darles piñas y plátanos para que recuperaran fuerzas.
La cascada, conocida como Haew Narok (Hell's Fall), tiene una historia de incidentes similares. Una manada de ocho elefantes murió después de caer en 1992, en un caso que atrajo la atención nacional. Por ahora, la cascada ha sido cerrada temporalmente.
The wild elephant duo have managed to escape the death by climbing up from the rocky waterfall of Haew Narok in Khao Yai National Park after plunging into the flash floods and soaking in the deep water for nearly a day.#KhaoYai #HeawNarokWaterfall #BangkokTribune #bkktribune.com pic.twitter.com/wOPvyC7gkX
— Bangkok Tribune (@BangkokTribune) October 5, 2019
Hay alrededor de 300 elefantes salvajes en el parque, que cubre más de 772 millas cuadradas (2.000 kilómetros cuadrados) de bosques y praderas. Es el hogar de varios animales salvajes, incluidos osos y gibones, y es un destino popular para los turistas.
Los elefantes están entre los animales terrestres más grandes, y sus cerebros también son los más masivos (solo los cerebros de las ballenas más grandes lo superan). Quizá por ello son criaturas que tienen prácticas de duelo: suelen visitar y acariciar los huesos y los colmillos de sus muertos.