Al estilo de cortando el cerebro de Lenin en 31.000 secciones, imaginad que cogéis un objeto, cortáis una loncha de 5 mm, tomáis una foto del objeto, volvéis a cortar otra loncha, de nuevo foto, y así sucesivamente hasta que el objeto desaparezca. Luego tomáis todas las fotos y las montáis en una secuencia de vídeo time-lapse.
Eso es lo que ha hecho Laurin Döpfner con diversos objetos: una cámara, un router, un trozo de madera, una nuez... El vídeo es hipnótico, como si los objetos estuvieran despareciendo de la realidad
Vía | Microsiervos
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