Shora nos da una lección de anatomía interesante sobre los vestigios de la evolución, que estan ahí y sólo nos acordamos de ellos cuando nos fastidian, digamos que son los despojos de una evolución medio lograda.
Nuestro cuerpo está lleno de vestigios de la evolución, indican todos los pasos de la evolución hasta llegar a la actualidad. El cóccix, las muelas del Juicio, el apéndice vermiforme, la carne de gallina, el tubérculo de Darwin, el repliegue semilunar de la conjuntiva, todos ellos inútiles y decadentes, que antes o después terminarán por desaparecer.
Un interesante post de Tempus fugit que nos explica cada uno de estos vestigios de la evolución y la opinión concluyente de la redactora. No tiene desperdicio alguno.
Vía | Tempus fugit
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