Las relaciones íntimas entre seres humanos modernos y neandertales están bien documentadas. Ocurrieron hace unos 65.000 años, cuando ambos linajes ya habían emigrado a Europa.
Los encuentros dejaron como fruto una huella imborrable que se encuentra en el 2% del genoma de todos los Homo sapiens del planeta, a excepción de los africanos. Incluso dicen que reforzó nuestro sistema inmunológico.
Pero, resulta que ese sexo entre especies pudo haber sido más variado y haber ocurrido antes.
Una nueva investigación realizada por científicos de la Universidad de Arizona sugiere que, ya antes de salir de África, los humanos anatómicamente modernos pudieron haberse cruzado no solo con los famosos artistas de las pinturas rupestres, sino también con otras formas ancestrales del género Homo, como el Homo erectus o el Homo habilis.
Según el artículo publicado PNAS, se piensa que es muy posible que, en efecto, estos encuentros comenzaran en la cuna de la humanidad.
Hemos encontrado pruebas de hibridación entre humanos modernos y formas arcaicas en África. Parece que nuestro linaje ha estado siempre intercambiando genes con sus vecinos morfológicamente distintos
Dice Hammer.
En el caso de los neandertales, los avances en biología molecular permitieron confirmar este cruce gracias al ADN, pero, por desgracia, en los climas tropicales es prácticamente imposible encontrar muestras tan antiguas, así que el método empleado por los científicos para su investigación fue muy distinto.
No podemos mirar directamente un ADN de 40.000 años y hacer una comparación directa
Explica Hammer.
Para superar este obstáculo, el equipo siguió un método de cálculo y estadística.
Nos fijamos en el ADN de humanos modernos que pertenecen a poblaciones africanas y buscamos regiones inusuales en el genoma
Para ello, fueron secuenciadas vastas regiones del genoma de muestras tomadas en seis poblaciones diferentes que viven hoy día en África, especialmente en los grupo subsaharianos Mandenka, Biaka y San.
Descubriero tres regiones genéticas diferentes que se ajustan a los criterios del ADN arcaico todavía presentes en los genomas de los subsaharianos. Curiosamente, esta firma fue más fuerte en las poblaciones de África central. Algunos de ellos pertenecen a comunidades pigmeas.
Los investigadores creen que probablemente se produjeron miles de cruces, que sucedían de forma relativamente extensa y con regularidad, por lo que todos los seres humanos de hoy en día pueden llevar en su código de barras la marca de unos linajes ahora extintos.
Vía | ABC
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