Los sentimientos los definimos como cálidos. Si una persona es distante, la definimos como fría. Sólo son metáforas, pero según un estudio publucado en Psychological Science, la experiencia real de calor o de frío también parece influir en nuestra percepción de las relaciones sociales.
El estudió incluyó tres experimentos. En el primer experimento, un grupo de voluntarios recibía una bebida fría o caliente, y a continuación se les pedía que rellenaran un cuestionario y que seleccionaran a una persona conocida para valorar la relación que tenían con ella.
Durante el experimento, en un momento dado, se les preguntó a los participantes de si eran conscientes de que estaban sosteniendo una bebida caliente o una bebida fría. No lo fueron. Además, los resultados ofrecían una correlación: los que sostenían la bebida caliente manifestaron un nivel de cercanía mayor que los que sostenían bebidas frías.
El segundo experimento consistió en comprobar la diferencia que se establece al contemplar una escena filmada en una habitación fría o en una caliente. Los de la habitación caliente emplearon también un lenguaje más concreto para describir la escena respecto a los de la habitación más fría, que emplearon un lenguaje más abstracto: es decir, más del tipo "Juan golpeó a David" (concreto) antes que "Juan está enfadado con David" (abstracto). El lenguaje concreto se vinculaba con cercanía social.
Vía | Psychological Science
Imagen | chichacha
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