Una de las brechas de género más evidente en el ámbito educativo es que hay chicos que chicas dejan los estudios a los 16 años, y que hay más chicas estudiando en las universidades, tal y como su sugiere este análisis realizado en el sistema educativo británico. La brecha, además, se ha ampliado cada año durante una década hasta 2018. Y como ya vimos, el trato hacia las chicas es más condescendiente, lo cual contribuye a la brecha.
Como resultado de todo ello, los niños que provienen de entornos desfavorecidos enfrentan desafíos aún mayores, y los niños blancos de entornos desfavorecidos tienen dificultades particularmente gravosas.
Trato especial por género
Los estudios en el Reino Unido y en todo el mundo occidental han demostrado repetidamente que el sistema educativo perjudica a los niños. Específicamente, los profesores parecen tener un sesgo a la hora de proteger a las niñas de sus fracasos pero perjudicar a los niños por los mismas dificultades.
Es decir, que en aras de combatir el sesgo educativo que existía alrededor de la mujer, se está alimentando el sesgo contrario.
Esta discriminación también se aprecia en la misma conducta de los niños, pues los estudios que han analizado esta particularidad sugieren que los profesores también están juzgando el comportamiento de los niños con estándares más severos que los de las niñas.
Este otro estudio, por ejemplo, sugiere que las escuelas responden con más dureza a las transgresiones de los niños y esa diferencia también contribuyó a que los hombres no llegaran tan lejos en su educación ... Incluso cuando las niñas y los niños tenían los mismos problemas de conducta, las niñas tienen mayor probabilidad de terminar la escuela secundaria y Universidad.
Este otro estudio señala que los niños traviesos fueron considerados cada vez más negativamente como rebeldes e intrusivos y sus profesores los etiquetaron como el "payaso de la clase" con más facilidad. Los datos revelaron, además, que los niños juguetones eran estigmatizados por sus profesores, y que ello se comunicaba mediante reprimendas verbales y no verbales. Y que los compañeros de clase asimilaron este mensaje. Por contrapartida, las travesuras de las niñas no fueron una consideración en las calificaciones de los maestros o compañeros en ningún grado, ni sus comportamientos en el aula mostraron una variación significativa.
Otro estudio sugiere que, en todas las materias, los niños están representados en distribuciones de grados por debajo de lo que predecirían los puntajes de sus exámenes.
Un informe de la OCDE sobre género en la educación, en más de 60 países, también halló que las niñas reciben calificaciones más altas en comparación con los niños con la misma capacidad.
Brecha de género educativa
En 2015, volviendo al ámbito del Reino Unido, solo el 9% de los alumnos varones progresó directamente desde el sistema educativo hasta la universidad, una tasa de participación en la educación superior más baja que cualquier otra combinación de etnia / género, y tres veces más baja que el promedio nacional del 28%.
La brecha se amplió cada año durante una década hasta 2018, cuando el liderazgo de las niñas se redujo ligeramente.
Mirando más allá de la escuela hacia la educación superior, las estudiantes ahora superan en número a los hombres. En 2017, las universidades del Reino Unido otorgaron plazas a 136.000 mujeres solicitantes domiciliadas en el Reino Unido y solo a 105.000 hombres.
En definitiva, hablar de sesos sexuales, y de cualquier sesgo, nos introduce en realidad en una jungla inextricable, donde un sexo está sesgado por unas razones y el otro, por otras.
Lo mismo sucede si analizamos la etnia, la belleza, la clase social o cualquier otro parámetro. Porque, aunque sea inconscientemente, todos estamos cruzados de sesgos racistas, clasistas, sexistas, tribalistas... y es inevitable, en mayor o menor medida, tal y como podéis ver en el siguiente vídeo:
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