Cada vez tenemos más indicios de que una forma eficaz de recodar lo que hemos aprendido consiste en dormir. Por ejemplo, si estamos estudiando para un examen para el día siguiente (siempre lo dejamos para el final), recordaremos mejor la lección si esa noche dormimos que si no lo hacemos.
Se sabía que el aprendizaje y la memoria implican la modificación de las sinapsis, las conexiones entre las células nerviosas, pero no estaba del todo claro cómo el sueño facilitaba la consolidación de la memoria. Una nueva investigación publicada en la revista Science parece sugerir que lo hace mediante la formación de nuevas sinapsis.
Wen-Biao Gan, de Langone Medical Center de la New York University, y sus colegas experimentaron con ratones entrenados previamente para poder aguantar encima de una barra giratoria a los que escrudriñaban su cerebro a través de microscopio para poder detectar las nuevas conexiones cerebrales. Los ratones que dormían bien formaban un número mayor de conexiones neuronales (y por lo tanto, aprendían mejor). También demostraron que las células cerebrales que se activan cuando los ratones aprenden una tarea, se reactivan durante el sueño profundo de ondas lentas. La interrupción de este proceso impide el crecimiento de la espina dendrítica.
Tal y como ha señalado el propio Wen-Biao Gan:
Pensábamos que el sueño ayudaba, pero podría haber sido otra cosa, y este estudio nos ha demostrado que el sueño ayuda a producir nuevas conexiones cerebrales y que el cerebro no se silencia por completo durante dicho sueño, ya que reproduce todo lo que sucede durante el día, cosa que es muy importante para producir conexiones neuronales.
Vía | The Washington Post
Foto | Alessandro Zangrilli
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