Tendemos a pensar que para conocer a alguien necesitamos grandes cantidades de tiempo a fin de evaluar todos sus rasgos, uno a uno y en diferentes contextos. Lo mismo sucede cuando nos preguntan si un matrimonio tendrá futuro o no: ¿cómo saberlo en un simple golpe de vista?
Hay un psicólogo que asegura haber encontrado la forma de profetizar el futuro de un matrimonio en sólo 15 minutos, y sin usar ninguna bola de cristal. A John Gottman, un psicólogo que también estudio ciencias exactas en el MIT, le basta con registrar en video una conversación entre una pareja de novios y, a continuación, analizarla profundamente para hacer una estimación sobre si la relación es sana o no.
Todos los matrimonios deben afrontar problemas relacionados con el dinero, el sexo, los hijos, el trabajo y la familia política. A veces se enzarzan en estas cuestiones hasta el punto de que parecen que se querrían matar mutuamente. Otras veces se muestran tan felices que parece que sean el uno para el otro.
Pero, para Gottman, no hace falta observar a las parejas en todos estos estadios de relación, ni tampoco es necesario reunir mucha información de los contextos más diversos posibles.
Desde los años 1980, Gottman ha tratado a más de 300 matrimonios en la Universidad de Wahington. Una vez registrados en video sus conversaciones, Gottman analiza los resultados basándose en un sistema que ha sido llamado SPAFF (acrónimo de Specific Affect).
Este sistema de codificación consta de 20 categorías diferentes que se corresponden con cada una de las emociones posibles que puede llegar a expresar una pareja durante una conversación. El asco, por ejemplo, es el número 1. La rabia, el 7. La actitud defensiva, el 10. Contestar con evasivas, el 13. Una actitud neutral, el 14.
Los 15 minutos que Gottman registra de la pareja deben estar centrados en su discusión sobre algún conflicto sin resolver, que la pareja debe sacar a la colación y volver a discutir. Después de grabarles, Gottman asigna un código SPAFF a cada segundo de la interacción entre los dos miembros de la pareja.
Así pues, esos 15 simples minutos se traducen en un código de 1800 números: 900 para el marido y 800 para la mujer.
La notación “7, 7, 14, 10, 11, 11”, por ejemplo, quiere decir que durante una fracción de seis segundos uno de los miembros de la pareja se enfadó un instante, luego adoptó un tono neutro, se puso a la defensiva y, a continuación, comenzó a quejarse.
Los datos se introducen en los electrodos y los sensores a fin de que los codificadores adiestrados por Gottman puedan saber, por ejemplo, cuándo bombea más fuerte el corazón del marido o el de la mujer, cuándo sube la temperatura, o cuándo se mueve la silla de cualquiera de los dos.
De toda esta información se extrae una ecuación que, con un margen de error del 5 %, es capaz de predecir si esa pareja específica todavía estará casada dentro de 15 años.
La realidad de un matrimonio se puede llegar a entender en mucho menos tiempo de lo que nos habríamos podido imaginar nunca.
Tal vez las esperanzas de Gottman depositadas en su código sean demasiado optimistas. Sin embargo, resulta curioso que unos pocos minutos revelen tanto sobre la interacción de dos personas. En cualquier caso, si os apetece profundizar en estos experimentos, no debéis perderos la serie de documentales que emiten en Canal Odisea sobre El cerebro inconsciente, donde hacen hincapié cómo nuestra mente, con el piloto automático puesto, tiene mucho que decir a propósito de nuestra elección de pareja.
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