Diversos estudios asocian un cociente intelectual más alto en el caso de los primogénitos que en el caso de los segundogénitos, terciogénitos y así sucesivamente.
Pero ¿qué es lo que provoca que haber nacido en primer lugar te favorezca con un CI por encima de los nacidos después? ¿Por qué un segundogénito, a su vez, tiene un CI ligeramente superior a un nacido en tercer lugar?
Las razones podrían ser biológicas, fijadas desde el nacimiento. O, como proponen otros estudios, podría deberse a un factor social, que interviene a lo largo del desarrollo de una persona en relación a su lugar de nacimiento en la familia.
Al parecer, los hermanos mayores se benefician de más recursos familiares que los que llegan después, deben hacer frente a la presión de lo que se espera de ellos al ser los mayores y al mismo tiempo tienen la posibilidad de ejercer de tutores de sus hermanos menores, lo cual potencia su capacidad intelectual.
La demostración de que esto es así, que el tamaño y la estructura de la familia, así como la posición que se ocupa en la misma pudiera afectar en el CI, es que si has nacido en segundo lugar pero tu hermano mayor murió cuando eras niño, tu CI aumentó hasta asemejarse al de un primogénito.
Lo mismo sucede si naces en tercer lugar y muere uno de tus hermanos: adoptas el CI de un segundogénito. Y si fallecen ambos hermanos, entonces eres como un primogénito también, aunque hayas nacido originalmente en tercer lugar.
Un estudio publicado en la revista Science en el 2007 realizado con cientos de miles de reclutas noruegos ofrece estas correlaciones de manera muy clara. El mero número y tipología de contactos sociales que uno establece en relación a su posición en la familia tiene efectos en el desarrollo intelectual.
Así que no importaría realmente si naces primero o segundo en la familia. Sino el tipo de redes sociales que se traban a tu alrededor según tu estatus familiar.
Por esa razón, Los hombres que habían sido criados como los mayores, más allá de haber nacido en primer, segundo o tercer lugar, tenían un CI que coincidía con sus pares primogénitos, indicó el equipo de Petter Kristensen, de la Universidad de Oslo, en las revistas Science e Intelligence.
Este estudio nos da muestras evidentes de que la relación entre el orden de nacimiento y la calificación de CI depende del estatus social dentro de la familia y no del orden de nacimiento en sí.
El debate sobre el mayor CI de los primogénitos ha sido motivo de debate entre los expertos desde que en 1874 sir Francis Galton asegurara que los hombres que gozaban de posiciones importantes solían ser los hermanos mayores de sus familias.
Aunque se desconoce aún el motivo, los efectos parecieron desvanecerse con mayores brechas de edad entre los hermanos, escribió el equipo de Kristensen en la revista Intelligence.
Vía | Conectados de Nicholas A. Christakis y James H. Fowler
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