Los hombres se preocupan demasiado por abultar su entrepierna con toda clase de artimañas, desde alargadores de pene que recuerdan a refinadísimos instrumentos de tortura de la Inquisición hasta simples rellenos del pantalón (aún recuerdo mi última revisión médica en el colegio, cuando un compañero, al bajarse los pantalones, dejó caer de su bragueta un par de calcetines enrollados).
Lo que de verdad resulta efectivo es abultar la cartera: demostrar que tienes recursos, como un pavo real desplegando su hiperbólica cola.
Lección 3: múdate a la mejor zona de la ciudad
En una sociedad dominada por los hombres, en el que los mejores puestos de trabajo son para ellos, las mujeres se ven impulsadas a valorar más el dinero del futuro cónyuge. Esto es, al menos, lo que nos indican los psicólogos evolutivos. Podéis leer los pros y contras de esta hipótesis en Portal Planeta Sedna
O como dijo , Aristóteles Onassis: “Si las mujeres no existieran, todo el dinero del mundo dejaría de tener sentido.
Lo que está en discusión es si la cultura, la sociedad vigente, puede anular estas tendencias en apariencia ancestrales. Lo que sí parece, a tenor de un estudio de Lena Edlund, de la Universidad de Columbia, es que los portales de Internet dedicados al ligoteo se inclinan hacia la tendencia de que las mujeres sienten preferencia por los hombres con recursos económicos y los hombres por las mujeres hermosas y jóvenes. ¿Es eso extrapolable a la sociedad? ¿Y a todas las sociedades? ¿Y a la mayoría? Sigue siendo un debate candente.
Los economistas han estado estudiando las citas por Internet tan asiduamente como lo hacen con las citas rápidas, y han descubierto que los hombres obtienen muchas respuestas si en sus anuncios de contactos por Internet dicen tener ingresos altos. La situación se revierte en el caso de las mujeres: si una mujer, en un anuncio por Internet para tener citas, afirma que tiene un alto nivel de ingresos, ciertamente obtendrá muchísimas menos respuestas que si dijese tener ingresos modestos. Está confirmado: los hombres ricos son excitantes y las mujeres ricas hacen perder el interés.
Siguiendo esta lógica, debería haber muchas mujeres en los lugares donde hay muchos hombres con poder adquisitivo. Por ejemplo, las ciudades frente al medio rural.
Es lo que sostiene Lena Edlund, de la Universidad de Columbia:
En primer lugar, siempre habrá mayor escasez de hombres en las ciudades que en las zonas rurales. En cuarenta y cuatro de los cuarenta y siete países estudiados por Edlund así sucede. (En las tres excepciones, la ratio por sexos es igual en las ciudades y en las zonas rurales.) Dentro de los Estados Unidos, encuentras el mismo patrón en las grandes ciudades. En Washington, D. C, las mujeres superan en número a los hombres, en una proporción de nueve a ocho; en Nueva York hay 860.000 hombres de entre 20 y 34 años, y 910.000 mujeres en esta misma franja de edad.
Vía | Cómo funciona la mente de Steven Pinker / La lógica oculta de la vida de Tim Harford
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